Encontro n°60 - 10/2013
10/2009
Completamos 5 anos de vida!
Lemos 62 livros, muitos contos, crônicas e poemas!
PARABÉNS a todos os que participam desta incrível maratona de leituras!
Lemos 62 livros, muitos contos, crônicas e poemas!
PARABÉNS a todos os que participam desta incrível maratona de leituras!
BORA COMEMORAR!
10/2009
10/2010
10/2011
10/2012
¡Cumplimos 5 años y estamos de fiesta!
Leímos 62 libros, muchos cuentos, crónicas y poemas.
¡FELICIDADES a todos los que participan de esta increíble maratón de lecturas!
Leímos 62 libros, muchos cuentos, crónicas y poemas.
¡FELICIDADES a todos los que participan de esta increíble maratón de lecturas!
_________________________________________________________________
SOLDADOS DE SALAMINA
Soldados de Salamina se divide em três capítulos. No primeiro, Os amigos do bosque, o próprio Javier Cercas entra na ficção apresentando-se como um jornalista e escritor frustrado, que planeja escrever um novo livro.
Este capítulo desilusiona porque não mostra, nem um pouco, a genialidade do romance. Por sorte, na medida em que avançamos no livro descobrimos que a importância não está, como se pensa desde o começo, na biografia de Rafael Sánchez Mazas, ideólogo da Falange, e sim num herói desconhecido que lhe perdoa a vida.
Soldados de Salamina se divide en tres capítulos. En el primero, Los amigos del bosque, el propio Javier Cercas entra en la ficción presentándose como un periodista y escritor frustrado, que planea escribir un nuevo libro.
Este capítulo desilusiona porque no muestra, ni un poco, la genialidad de esta novela. Sin embargo en la medida en que avanzamos en las páginas del libro, descubrimos que la importancia no está, como se piensa en el comienzo, en la biografía de Rafael Sánchez Mazas, ideólogo de la Falange, si no en un héroe desconocido que, sin razón aparente, le perdona la vida.
“Durante meses dediquei o tempo que tinha libre no jornal ao estudo da vida e da obra de Sánchez Mazas, Reli seus livros, li muitos dos artigos que publicou na imprensa, muitos dos livros e artigos de seus amigos e inimigos, de seus contemporâneos e também todo o que caia em minhas mãos sobre a Falange, o fascismo, a Guerra Civil, a natureza equívoca é mutável do regime de Franco.”
“…durante muchos meses invertí el tiempo que me dejaba libre mi trabajo en el periódico en estudiar la vida y la obra de Sánchez Mazas. Releí sus libros, leí muchos de los artículos que publicó en la prensa, muchos de los libros y artículos de sus amigos y enemigos, de sus contemporáneos, y también cuanto cayó en mis manos acerca de la Falange, del fascismo, de la guerra civil, de la naturaleza equívoca y cambiante del régimen de Franco.”
“De todas as histórias da História, escreveu Jaime Gil, sem dúvida a mais triste é a da Espanha, porque termina mal. Termina mal? Nunca saberemos quem foi aquele miliciano que salvou a vida de Sánchez Mazas, nem o que passou por sua mente quando o olhou nos olhos; nunca saberemos sobre o que falaram José e Manuel Machado diante dos túmulos de seu irmão Antonio e de sua mãe. Não sei por quê, mas às vezes penso que se conseguíssemos desvendar um desses dois segredos paralelos, quem sabe tocaríamos num segredo muito mais essencial.”
“´De todas las historias de la Historia´, escribió Jaime Gil, ´sin duda la más triste es la de España, / porque termina mal.´ ¿Termina mal? Nunca sabremos quién fue aquel miliciano que salvó la vida de Sánchez Mazas, ni qué es lo que pasó por su mente cuando le miró a los ojos; nuca sabremos qué se dijeron José y Manuel Machado ante las tumbas de su hermano Antonio y de su madre. No sé por qué, pero a veces me digo que, si consiguiéramos desvelar uno de esos dos secretos paralelos, quizá rozaríamos un secreto mucho más esencial.”
O segundo capítulo, Soldados de Salamina, conta a biografia de Rafael Sánchez Mazas.
El segundo capítulo, Soldados de Salamina, cuenta la vida de Rafael Sánchez Mazas.
“… quem sabe para Sánchez Mazas o fascismo não foi senão a tentativa política de realizar sua poesia, de tornar realidade o mundo que melancolicamente nela evoca, o mundo abolido, inventado é impossível do Paraíso. Seja como for, o certo é que saudou com entusiasmo a marcha sobre Roma em uma série de Crônicas intitulada Itália passo a passo, e que viu em Benito Mussolini a reencarnação do condottieri renascentistas e em sua ascensão ao poder o anuncio de que o tempo dos heróis e dos poetas retornaram a Itália. Assim é que em 1929, de volta a Madri, Sánchez Mazas já havia tomado a decisão de dedicar-se inteiramente à tarefa de conseguir que esse tempo também voltasse à Espanha. De certa forma, conseguiu. Porque a guerra é por excelência o tempo dos heróis e dos poetas, e nos anos 1930 poucas pessoas empenharam tanta inteligência, tanto esforço e tanto talento como ele para conseguir que na Espanha estourasse uma guerra.”
“… quizá para Sánchez Mazas el fascismo no fue sino un intento político de realizar su poesía, de hacer realidad el mundo que melancólicamente evoca en ella, el mundo abolido, inventado e imposible del Paraíso. Sea como fuera, lo cierto es que saludó con entusiasmo la marcha sobre Roma en una serie de crónicas titulada Italia a paso gentil. Y que vio en Benito Mussolini la reencarnación de los condotieros renacentistas y en su ascensión al poder el anuncio de que el tiempo de los héroes y los poetas había vuelto a Italia. Así que en 1929, de regreso en Madrid, Sánchez Mazas ya había tomado la decisión de consagrarse por entero de que ese tiempo también volviera a España. En cierto modo lo consiguió. Porque la guerra es por excelencia el tiempo de los héroes y los poetas, y en los años treinta, poca gente empeñó tanta inteligencia, tanto esfuerzo y tanto talento como él en conseguir que en España estallara una guerra.”
“O soldado olha para ele; Sánchez Mazas também, mas seus olhos deteriorados não entendem o que veem: sob o cabelo empapado, a testa larga e as sobrancelhas pontilhadas de gotas, o olhar do soldado não expressa compaixão, nem ódio, nem desdém, mas uma espécie de secreta e insondável alegria, algo no limite da crueldade e resistente à razão, mas que tampouco é instinto, algo que está no sangue com a mesma cega obstinação que o próprio sangue persiste em seus dutos e a terra em sua órbita inamovível e todos os seres em sua teimosa condição de seres, algo que se esquiva às palavras como a água do riacho se esquiva das pedras, porque as palavras só estão feitas para expressar-se a si mesmas, para expressar o dizível, quer dizer, tudo, exceto o que nos governa ou faz viver ou concerne ou somos, ou é este soldado anônimo e derrotado que agora olha esse homem cujo corpo quase se confunde com a terra e a água marrom da cratera, e que grita com força para o ar sem deixar de olhá-lo: Por aqui não tem ninguém! Então dá meia-volta e se vai.”
“El soldado le está mirando; Sánchez Mazas también, pero sus ojos deteriorados no entienden lo que ven: bajo el pelo empapado y la ancha frente y las cejas pobladas de gotas la mirada del soldado no expresa compasión ni odio, ni siquiera desdén, sino una especie de secreta o insondable alegría, algo que linda con la crueldad y se resiste a la razón pero tampoco es instinto, algo que vive en ella con la misma ciega obstinación con que la sangre persiste en sus conductos y la tierra en su órbita inamovible y todos los seres en su terca condición de seres, algo que elude a las palabras como el agua del arroyo elude a la piedra, porque las palabras sólo están hechas para decirse a sí mismas, para decir lo decible, es decir todo excepto lo que nos gobierna o hace vivir o concierne o somos o es este soldado anónimo y derrotado que ahora mira a ese hombre cuyo cuerpo casi se confunde con la tierra y el agua marrón de la hoya, y que grita con fuerza al aire sin dejar de mirarlo:
-¡Aquí no hay nadie!
Luego da media vuelta y se va.”
O último capítulo, Um encontro em Stockton, além de apresentar ao verdadeiro herói do livro, inclui duas conversas deliciosas entre Javier Cercas e o escritor chileno Roberto Bolaño (amigos também na vida real).
El último capítulo, Un encuentro en Stockton, además de presentar al verdadero héroe del libro, incluye dos charlas deliciosas entre Javier Cercas y el escritor chileno Roberto Bolaño (amigos también en la vida real).
“Todas as boas narrativas sao narrativas reais, pelo menos para quem lê, que é o único que conta.”
“Todos los buenos relatos son relatos reales, por lo menos para quien los lee, que es el único que cuenta.”
“Pessoas decentes há muitas: são as que sabem dizer não há tempo; heróis por sua vez há poucos. Na realidade, eu acho que no comportamento de um herói há quase sempre algo cego, irracional, instintivo. Algo que está em sua natureza e ao qual não pode escapar. Além disso, é possível ser uma pessoa decente durante toda uma vida, mas não se pode ser sublime sem interrupção, e por isso o herói só é um herói excepcionalmente, por um momento ou no máximo, por uma temporada de loucura ou inspiração.”
“Personas decentes hay muchas son las que saben decir no a tiempo; héroes, en cambio, hay pocos. En realidad, yo creo que en el comportamiento de un héroe hay casi siempre algo ciego, irracional, instintivo, algo que está en su naturaleza y a lo que no se puede escapar. Además se puede ser una persona decente durante toda una vida, pero no se puede ser sublime sin interrupción, y por eso el héroe sólo lo es excepcionalmente, en un momento o, a lo sumo en una temporada de locura o inspiración.”
Recomendamos muito a leitura de Soldados de Salamina, um libro precioso, que fala do poder da palabra e do depropósito das guerras.
Recomendamos mucho la lectura de Soldados de Salamina, un libro precioso, que habla del poder de la palabra y del despropósito de las guerras.
Suspiros de España - Rocío Jurado
Suspiros de Espanha é um popular pasodoble espanhol. Foi criado por Antônio Álvarez Alonso em 1902. Em 1938, Juan Antonio Álvarez Cantos, sobrinho do compositor, escreveu a letra da música para ser cantada no filme por Estrellita Castro.
Suspiros de España es un popular pasodoble español. Fue compuesto por el maestro Antonio Álvarez Alonso en 1902. En 1938, Juan Antonio Álvarez Cantos, sobrino del compositor, le añadiría letra para ser cantada en la película por Estrellita Castro.
Suspiros de España
Quiso Dios, con su poder,
fundir cuatro rayitos de sol
y hacer con ellos una mujer.
Y al cumplir su voluntad,
en un jardín de España nací
como la flor en el rosal.
Tierra gloriosa de mi querer,
tierra bendita de perfume y pasión:
España, en toda flor a tus pies
suspira un corazón.
¡Ay de mi! ¡Pena mortal!,
porque me alejo, España, de ti.
¿Por qué me arrancan de mi rosal?
Quiero yo volver a ser
la luz de aquel rayito de sol
hecho mujer
por voluntad de Dios.
¡Ay, madre mía!
¡Ay! ¡Quién pudiera
ser luz del día
y al rayar la amanecida
sobre España renacer!
Mis pensamientos
han revestido
el firmamento
de besos míos;
y sobre España,
como gotas de rocío,
los dejó caer.
en mi corazón,
España, te miro,
y el eco llevará de mi canción
a España en un suspiro
Javier Cercas
Cinema
Soldados de Salamina
O filme, baseado no romance de Javier Cercas, foi lançado em Espanha, em 2003.
A diferença do livro, no filme o personagem principal foi trocado por uma mulher.
Ganhou o Prêmio Goya à melhor fotografia.
La película, basada en la novela de Javier cercas, fue lanzada en España, en 2003.
A diferencia del libro, en la película el personaje principal fue cambiado por una mujer.
Direção e roteiro/guión: David Trueba.
Protagonistas: Ariadna Gil, Ramon Fontserè, Joan Dalmau, María Botto, Diego Luna, Alberto Ferreiro.
______________________________________________________________________
Lembrancinhas do encontro:
Ruído de passos
Clarice Lispector
Tinha oitenta e um anos de idade. Chamava-se dona Cândida Raposo.
Essa senhora tinha a vertigem de viver. A vertigem se acentuava quando ia passar dias numa fazenda: a altitude, o verde das árvores, a chuva, tudo isso a piorava. Quando ouvia Liszt se arrepiava toda.
Fora linda na juventude. Tinha vertigem quando cheirava profundamente uma rosa.
Pois foi com dona Cândida Raposo que o desejo do prazer não passava.
Teve, enfim, a grande coragem de ir a um ginecologista. E perguntou-lhe envergonhada, de cabeça baixa:
-Quando é que passa?
-Passa o quê, minha senhora?
-A coisa.
-Que coisa?
-A coisa, repetiu. O desejo de prazer, disse enfim.
-Minha senhora, lamento lhe dizer que não passa nunca.
Olhou-o espantada.
-Mas eu tenho oitenta e um anos de idade!
-Não importa, minha senhora. É até morrer.
-Mas isso é o inferno!
-É a vida, senhora Raposo.
A vida era isso, então? essa falta de vergonha?
-E o que é que eu faço? ninguém me quer mais...
O médico olhou-a com piedade.
-Não há remédio, minha senhora.
-E se eu pagasse?
-Não ia adiantar de nada. A senhora tem de se lembrar que tem oitenta e um anos de idade.
-E... e se eu me arranjasse sozinha? O senhor entende o que eu quero dizer?
-É, disse o médico. Pode ser um remédio.
Então saiu do consultório. A filha esperava-a embaixo, de carro. Um filho Cândida Raposo perdera na guerra, era um pracinha. Tinha essa intolerável dor no coração: a de sobreviver a um ser adorado.
Nessa mesma noite deu um jeito e solitária satisfez-se. Mudos fogos de artifícios. Depois chorou. Tinha vergonha. Daí em diante usaria o mesmo processo. Sempre triste. É a vida, senhora Raposo, é a vida. Até a bênção da morte.
A morte.
Pareceu-lhe ouvir ruído de passos. Os passos de seu marido Antenor Raposo.
(Do livro: A via crucis do corpo, Clarice Lispector, 1974)
Clarice Lispector
Tinha oitenta e um anos de idade. Chamava-se dona Cândida Raposo.
Essa senhora tinha a vertigem de viver. A vertigem se acentuava quando ia passar dias numa fazenda: a altitude, o verde das árvores, a chuva, tudo isso a piorava. Quando ouvia Liszt se arrepiava toda.
Fora linda na juventude. Tinha vertigem quando cheirava profundamente uma rosa.
Pois foi com dona Cândida Raposo que o desejo do prazer não passava.
Teve, enfim, a grande coragem de ir a um ginecologista. E perguntou-lhe envergonhada, de cabeça baixa:
-Quando é que passa?
-Passa o quê, minha senhora?
-A coisa.
-Que coisa?
-A coisa, repetiu. O desejo de prazer, disse enfim.
-Minha senhora, lamento lhe dizer que não passa nunca.
Olhou-o espantada.
-Mas eu tenho oitenta e um anos de idade!
-Não importa, minha senhora. É até morrer.
-Mas isso é o inferno!
-É a vida, senhora Raposo.
A vida era isso, então? essa falta de vergonha?
-E o que é que eu faço? ninguém me quer mais...
O médico olhou-a com piedade.
-Não há remédio, minha senhora.
-E se eu pagasse?
-Não ia adiantar de nada. A senhora tem de se lembrar que tem oitenta e um anos de idade.
-E... e se eu me arranjasse sozinha? O senhor entende o que eu quero dizer?
-É, disse o médico. Pode ser um remédio.
Então saiu do consultório. A filha esperava-a embaixo, de carro. Um filho Cândida Raposo perdera na guerra, era um pracinha. Tinha essa intolerável dor no coração: a de sobreviver a um ser adorado.
Nessa mesma noite deu um jeito e solitária satisfez-se. Mudos fogos de artifícios. Depois chorou. Tinha vergonha. Daí em diante usaria o mesmo processo. Sempre triste. É a vida, senhora Raposo, é a vida. Até a bênção da morte.
A morte.
Pareceu-lhe ouvir ruído de passos. Os passos de seu marido Antenor Raposo.
(Do livro: A via crucis do corpo, Clarice Lispector, 1974)
Ruido de pasos
Clarice Lispector
Clarice Lispector
Tenía ochenta y un años de edad. Se llamaba doña Cándida Raposa.
Esa señora tenía el deseo irreprimible de vivir (*). El deseo se sustentaba cuando iba a pasar los días a una hacienda: la altitud, lo verde de los árboles, la lluvia, todo eso la acicateaba. Cuando oía a Lisz se estremecía toda. Había sido bella en su juventud. Y le llegaba el deseo cuando olía profundamente una rosa.
Pues ocurrió con doña Cándida Raposa que el deseo de placer no había pasado.
Tuvo, en fin, el gran valor de ir al ginecólogo. Y le preguntó, avergonzada, con la cabeza baja:
-¿Cuándo se pasa esto?
-¿Pasa qué, señora?
-Esta cosa.
-¿Qué cosa?
-La cosa, repitió. El deseo de placer –dijo finalmente.
-Señora, lamento decirle que no pasa nunca.
Lo miró sorprendida.
-¡Pero ya tengo ochenta y un años de edad!
-No importa, señora. Eso es hasta morir.
-Pero ¡esto es el infierno!
-Es la vida, señora Raposo.
Entonces, ¿la vida era eso? ¿Esa falta de vergüenza?
-¿Y qué hago ahora? Ya nadie me quiere…
El médico la miró con piedad.
-No hay remedio, señora.
-¿Y si yo pagara?
-No serviría de nada. Usted tiene que acordarse de que tiene ochenta y un años de edad.
-¿Y… si yo me las arreglo solita? ¿Entiende lo que le quiero decir?
-Sí –dijo el médico-. Puede ser el remedio.
Salió del consultorio. La hija le esperaba abajo, en el coche. Cándida Raposo había perdido un hijo en la guerra. Era un soldado de la fuerza expedicionaria brasileña en la Segunda Guerra Mundial. Tenía ese intolerable dolor en el corazón: el de sobrevivir a un ser adorado.
Esa misma noche se dio una ayuda y solitaria se satisfizo. Mudos fuegos de artificio. Después lloró. Tenía vergüenza. De ahí en adelante utilizaría el mismo proceso. Siempre triste. Así es la vida, señora Raposo, así es la vida. Hasta la bendición de la muerte.
La muerte.
Le pareció oír ruido de pasos. Los pasos de su marido Antenor Raposo.
Del libro: El viacrucis del cuerpo, (Traducción Mario Morales)
(*) Literalmente del português sería: "Esa señora tenía el vértigo de vivir". Yo prefiero "el vértigo de vivir" en lugar al "deseo irreprimible" de la traducción.
O Piano
Antonio Prata
Aos dezessete anos eu sonhava com um mundo onde ninguém, em hipótese alguma, falasse sobre o tempo. Escrevia contos em que um sujeito mal terminava de pronunciar “que chuva, heim?” e um piano estraçalhava-se sobre sua cabeça. Se algum idealismo eu já tive, foi esse: tornarmo-nos adultos sem nos entregar à comodidade do lugar comum, viver a vida sem embolorá-la no mormaço do dia-a-dia.
Para quem não acredita em Deus, como eu, abandonar a infância implica a incontornável convivência com o absurdo. Que da água e dos minerais tenham surgido protozoários, cachalotes, eu e você, não é o mais lógico dos acontecimentos. Que das muitas relações sexuais de seu pai e sua mãe, justamente naquela lá, um óvulo tenha sido fecundado e dado início à sua existência – que sorte, não? (Quantos possíveis eus não terminaram em absorventes íntimos ou lenços de papel, no fundo de uma lata de lixo?).
A falta de sentido não me levava, contudo, ao niilismo. Pelo contrário. Já que era tão improvável estarmos aqui, tudo era valioso e, fundamentalmente, engraçado. Não tive um Deus para ordenar-me a realidade, mas as piscadelas cúmplices de Julio Cortázar, Woody Allen, Campos de Carvalho, Monty Python e outros artistas, de dentro de seus livros e filmes, tornaram mais fácil a aceitação e mais intensa a fruição dessa maravilhosa barca furada.
O que mais me angustiava na adolescência não era, portanto, a percepção do absurdo, mas como os adultos pareciam não se dar conta da estupenda improbabilidade de estarmos aqui por esse breve período, tendo ao nosso dispor o sexo, o baião, o bife de chorizo e – mais recentemente, que maravilha! – as cervejas artesanais. Eu os observava comentando a reforma da portaria do prédio ou aflitos com as parcelas do sofá e desejava que aquele piano caísse dos céus: a vida passava e eles não se davam conta.
Antonio Prata
Aos dezessete anos eu sonhava com um mundo onde ninguém, em hipótese alguma, falasse sobre o tempo. Escrevia contos em que um sujeito mal terminava de pronunciar “que chuva, heim?” e um piano estraçalhava-se sobre sua cabeça. Se algum idealismo eu já tive, foi esse: tornarmo-nos adultos sem nos entregar à comodidade do lugar comum, viver a vida sem embolorá-la no mormaço do dia-a-dia.
Para quem não acredita em Deus, como eu, abandonar a infância implica a incontornável convivência com o absurdo. Que da água e dos minerais tenham surgido protozoários, cachalotes, eu e você, não é o mais lógico dos acontecimentos. Que das muitas relações sexuais de seu pai e sua mãe, justamente naquela lá, um óvulo tenha sido fecundado e dado início à sua existência – que sorte, não? (Quantos possíveis eus não terminaram em absorventes íntimos ou lenços de papel, no fundo de uma lata de lixo?).
A falta de sentido não me levava, contudo, ao niilismo. Pelo contrário. Já que era tão improvável estarmos aqui, tudo era valioso e, fundamentalmente, engraçado. Não tive um Deus para ordenar-me a realidade, mas as piscadelas cúmplices de Julio Cortázar, Woody Allen, Campos de Carvalho, Monty Python e outros artistas, de dentro de seus livros e filmes, tornaram mais fácil a aceitação e mais intensa a fruição dessa maravilhosa barca furada.
O que mais me angustiava na adolescência não era, portanto, a percepção do absurdo, mas como os adultos pareciam não se dar conta da estupenda improbabilidade de estarmos aqui por esse breve período, tendo ao nosso dispor o sexo, o baião, o bife de chorizo e – mais recentemente, que maravilha! – as cervejas artesanais. Eu os observava comentando a reforma da portaria do prédio ou aflitos com as parcelas do sofá e desejava que aquele piano caísse dos céus: a vida passava e eles não se davam conta.
Semana passada, quando soube da morte de J. D. Salinger, reli O apanhador no campo de centeio. A história de Holden Caultfield tocou-me mais do que da primeira vez que a li, aos quatorze. Talvez porque agora o adolescente revoltado com a falta de sentido da vida e a hipocrisia dos adultos não tenha encontrado em mim um cúmplice, mas um inimigo. Hoje, aos trinta e dois anos, quando fecha-se a porta do elevador e o silêncio toma aqueles três metros quadrados, eu viro para o vizinho e digo: que chuva, heim? Tenho trabalhado muito, me afligido com as contas e faz tempo que não faço um jantar para o meu amor. É preciso abrir os olhos, enquanto é tempo. Para isso servem os livros, para caírem sobre nossas cabeças como pianos e estraçalharem, mesmo que temporariamente, tudo o que não for fundamental.
Obrigado e adeus, meu caro Salinger.
(Do livro, Meio intelectual, meio de esquerda – Editora 34, 2010 - Antonio Prata)
Obrigado e adeus, meu caro Salinger.
(Do livro, Meio intelectual, meio de esquerda – Editora 34, 2010 - Antonio Prata)
QUANTA SAUDADE!!!!!!
ResponderExcluirmuita, muita saudade!!!!! :)
ExcluirParabéns pelo niver e pelas realizações. Que centenas de outros livros possam ser degustados com alegria e prazer.
ResponderExcluirObrigada Rita! :)
Excluir